lunes, 26 de enero de 2009

DOS MILAGROS

“pedí TODO para disfrutar de la VIDA, pero recibí VIDA para disfrutar de TODO”

Escribir para mí es mucho más que una manera de dar mis opiniones: es una manera de exteriorizar mis sentimientos, de revivir recuerdos y en algunos casos de espantar penas o exorcizar fantasmas del pasado. Hoy, a casi dos semanas de recibir un nuevo regalo de la vida, he querido compartir esta historia, un camino largo que empezó hace varios años, un cuento con final feliz.
A veces los seres humanos buscamos y pedimos “milagros’, pero buscamos muy lejos y no nos damos cuenta de que ellos ocurren diariamente en nuestras vidas, que suceden aunque no los notemos: una mirada, un favor, un abrazo, una sonrisa, ver a un niño dar sus primeros pasos.
Este es un diario de dos milagros, uno que nació en octubre del 2005 y otro que esta por suceder.

Algún mes del 2001
Salía del hospital, acababa de tener una cita con mi ginecólogo que después de algunos exámenes me había dicho que debido a una complicación en el útero no podría tener hijos, que lo más probable era que en el proceso de curarlo seria necesaria retirarlo.
Lo que me dijo me dejo en shock, no es que quisiera tener hijos en ese momento, nada que ver, pero estaba casi segura de que llegaría el momento en que los querría… no era eso lo que la mayoría de mujeres consideraban un hecho que tarde o temprano se daría? No era eso lo que casi toda mujer anhela: formar una familia, tener hijos?
No es que yo fuera una chica tradicional...tenia ya muchas ideas que no encajaban en lo que se describía como “tradicional”, independencia y carrera eran mas importantes para mi en ese momento que formar una familia, los hijos no estaban en mis planes inmediatos, pero sabia que eventualmente eso que llaman “instinto maternal” despertaría, pensaba que quizás en algunos años también querría esa imagen de la mesa familiar llena, riendo, compartiendo, comiendo juntos…
Y ahora...que sucedería? Seria menos mujer porque no podía tener hijos? Que diría mi madre? Soy su única hija mujer! Estoy segura de que ella querría nietos… y que diría mi pareja? No era eso lo que la mayoría de los hombres tarde o temprano (quizás mas tarde que temprano) querían? Un hijo, alguien que lleve el apellido?
No sabia que pensar, salí triste del hospital y sin querer un par de lágrimas rodaron por mis mejillas... hasta ese preciso momento nunca me había dado cuenta de que tanto me importaba ese tema: tener hijos algún día.

Camine un par de cuadras, busque un teléfono público y antes de llamar a mi mama, llame a mi pareja (al que ahora es mi esposo). Llevábamos juntos casi un año... juntos es un decir, porque yo vivía en Perú y el vivía en Holanda, y nos veíamos cada 3 meses mas o menos. Marque larga distancia internacional, escuche su voz y nuevamente un par de lagrimas salieron de mis ojos..
-que pasa amor? Porque lloras?
-lo siento amorcito, acabo de salir del doctor.
-que dijo?
-dice que nunca podré tener hijos. Lo siento, quizás debes pensarlo bien antes de seguir conmigo, yo no podré darte una familia, nunca hemos hablado de esto, pero ahora que lo se…no se... Quizás te suena fuerte... lo siento… (Me escuchaba a mi misma y no podía creerlo! Era yo? Hablando así? )

El me escucho en silencio, se quedo callado por medio minuto y me contesto:
-Escúchame, escúchame bien, yo te quiero a ti, te amo a ti, no porque quiero que seas una maquina de producir hijos! …
-¿pero..?
Y eso fue, eso fue todo, no se volvió a hablar del asunto hasta la próxima vez que nos vimos, al final yo misma me dije: que tal drama! Tampoco es para tanto... si no se puede, no se puede pues.. Que vas a hacer? Adoptaremos...hay tantos niños que necesitan hogar!..

Noviembre del 2002
Ya llevaba viviendo en Holanda casi 1 año, acabábamos de casarnos, todo iba viento en popa… uno de esos días tocamos el tema: hijos? Seria bonito no? Pero ...no puedo, no podemos.. aunque podríamos ver a un especialista aquí.. Quizás aquí (en Holanda) sea diferente!... no se pierde nada intentándolo.
Fuimos juntos a un hospital holandés, después de algunos exámenes la respuesta fue esperanzadora: era difícil, había que empezar un camino largo que duraría un par de años, pero no era imposible, solo había que desearlo con todo el corazón, seguir el tratamiento y tener una operación.
Mire a mi esposo... claro! Por supuesto que lo deseaba con todo el corazón!
Cuando llegue a Holanda ya sabia que era lo que quería: quería ser feliz, poner mi familia, la familia que iba a formar con mi pareja, por encima de todo... deje mi país, deje mi propia familia, deje mi trabajo, y solo me propuse ser feliz con la persona que amo, mi compañero en esta vida...había escogido empezar una vida juntos y que mejor que empezar algo nuestro, tener un hijo, un pedacito de los dos... si! Seguiría el tratamiento, no importaba cuanto tomara...
Que tradicional me había vuelto!...

Ya con un año viviendo en Holanda, también me daba cuenta de que la cultura era diferente aquí, por supuesto una mujer es una mujer en todas partes del mundo, es decir, la gran mayoría de nosotras queremos tener hijos, pero aquí en Holanda, habían muchas parejas que optaban por no tenerlos, por conservar la independencia u optaban por tenerlos después de los 32, 35 cuando ya tuvieran una carrera y hubieran logrado sus objetivos… pensaba en Perú, donde estas cosas también van cambiando, pero donde aun una mujer de mas de 30 años sin hijos esta un poco en “apuros” como dicen las otras mujeres de la familia… “se te va el tren” :) ... aquí no se siente esa presión.
Aquí el punto de vista holandés es primero la pareja (tampoco quiero ser extremista y decir que el amor hacia los hijos es menos, es simplemente igual) y también lo entiendo, los hijos algún día se irán y empezaran su propia vida; tu pareja, si la elegiste correctamente, te acompañara hasta el final.

Algún mes del 2003
Empecé el tratamiento, pastillas y mas pastillas, ahhhh me volvían loca, mas de lo que ya lo era, mis hormonas conspiraban contra mi y despertaban reacciones inesperadas, a veces incontroladas… momentos de furia, momentos de tristeza y llanto, momentos de desesperación y soledad… me aferre a mi esposo, me aferre a mis nuevos amigos en un país tan lejano del mío, me aferre a mi nueva carrera, que era diametralmente opuesta a lo que yo hubiera querido hacer, pero no podía quejarme, yo había escogido ese camino, no habia vuelta atrás..Solo había que seguir mirando hacia delante.

Llego noviembre, mes de la operación, me pase una semana internada en el hospital con fuertes sedantes para el dolor, y un mes de descanso en casa porque no podía caminar, al menos las primeras dos semanas… extrañe Perú, extrañe a mi familia, pero no quería ponerlos tristes, así que decía solo la mitad de lo que pasaba o de lo que sentía… Mi esposo siempre a mi lado, los dos juntos salimos adelante y a las 3 semanas salio de nuevo el sol, ya no me dolía tanto, ya no parecía tan malo, ya todo se veía positivo de nuevo (el tiempo siempre te convence al final de que nada pudo haber sido tan malo como parecía).

Enero del 2004
La operación había sido un éxito, solo tendría que seguir un tratamiento post operatorio mas, esperar algunos meses de recuperación y todo estaría en regla. Más pastillas. En 6 meses podríamos intentar ser padres!

Enero del 2005
Hacían meses que lo intentábamos, la desesperanza nos ganaba, no pensábamos que fuera tan difícil! Hay tantos embarazos indeseados! Tantas chicas jóvenes que quedan embarazadas sin querer!... porque no era posible?
Nos fuimos de vacaciones en Febrero, empezaba a sentirme siempre cansada, siempre con sueño, que raro! Decidí hacerme la prueba de embarazo una vez mas, esta vez a solas, porque no quería desilusionar nuevamente a mi esposo, espere nerviosa un par de minutos… y si, ahí estaba, la línea azul que había buscado en mis sueños y que ahora veía hecha realidad… Salí corriendo en busca de mi esposo y lloramos juntos de emoción, entonces ambos comprendimos que algo maravilloso había ocurrido y aceptamos que nunca estuvo en nuestras manos, que son cosas que suceden cuando tienen que suceder, en un tiempo quizás predestinado. Mi primer gran milagro.

Junio a Setiembre del 2005
Nuestro primer bebe aun no había nacido, pero ya lo amaba, como toda madre cuando esta esperando un bebe, con toda la ilusión de verlo, tenerlo ya entre mis brazos, besarlo, olerlo y quererlo, no, no quererlo, amarlo, con A mayúscula, como dicen que solo las madres pueden amar…

En una cita el doctor me pregunto sobre el test que se hace a las embarazadas de mas de 30 años, para saber sobre los riesgos de tener un bebe con síndrome de down.... mi esposo y yo nos miramos, lo hablamos y decidimos que ese test no era necesario, ya estaba mi bebe creciendo dentro de mi, ya lo amábamos y sea como fuera siempre lo haríamos, nada iba a cambiar ese hecho.

La prima de mi esposo, también de nuestra edad, que no podía tener hijos, empezó casi al mismo tiempo los tramites de adopción, también para ella era un largo camino, y muy costoso, ellos adoptarían un bebe de China, que es el país que mas facilidades ofrece para adoptar, conversando con ella me di cuenta de que no podía quejarme, mis dolores y problemas eran físicos, los dolores de ella eran del corazón, y dolían tanto como los míos.

Mis malestares por el embarazo fueron de mal en peor, sobretodo las nauseas... todos me decían que desaparecerían al termino del tercer mes.... pues no, no desaparecieron, empeoraron y se quedaron conmigo hasta el quinto mes. Dormir se había convertido en una tortura, al trabajo iba con las justas, “jalando” la panza y contando los días para salir de licencia.... porque sentía que ya no podía mas.... no quería quejarme, pero toda esa primera experiencia de embarazada había resultado ser mucha mas difícil, dolorosa e incomoda de lo que pensé!

Le escribí una nota al bebe creciendo no solo en mi cuerpo sino dentro de mi corazón:
“Quiero verte, ya se que vendrás pronto…el doctor dijo que quizás un poco antes de la semana 40 y quizás por cesárea... Te digo la verdad no tengo miedo.... solo quiero que tu estés bien, sano, el modo en que vengas no me asusta... te hemos esperado tanto... que un par de semanas mas....ya no es nada.... pequeño bebe algún día cuando leas esto ya sabrás cuanto te amabamos, y veras que ese amor por ti ya existía, aun antes de que te hubieras formado y de que tus ojitos se hubieran abierto por primera vez en tu vida”

20 de Octubre del 2005
Mi pequeño Diego nació por cesárea un 20 de octubre a las 10:30 de la noche. Ingrese al hospital el 12 de octubre por una complicación de ultimo momento, tuve que quedarme ahí hasta el momento de dar a luz. Los doctores intentaron que naciera desde el 18 de octubre, induciendo el parto, pero no, mi pequeño era terco igual que la madre :) , lo intentaron de nuevo el 19, pero no pudieron “sacarlo” hasta el 20. Después de más de 10 horas sin resultados positivos, optaron por la cesárea.

Esta parte fue muy larga, prefiero evitar detalles, baste decir que jamás sentí un dolor parecido, un dolor de muerte supongo, un dolor que borra toda idea de tu mente y que solo te hace pensar en que termine ya, que quizás no aguantaras, un dolor que solo una mujer que ha dado a luz podrá describir, aunque dicen que cada mujer siente diferente.
Pensé en mi madre y por primera vez admire su fortaleza con toda claridad y sin cuestionar sus errores.

Los primeros meses
Había leído mucho sobre el parto, y sobre después del parto. También había leído sobre la depresión post parto, pero pensé que nunca sentiría eso, por dos buenas razones: una porque soy de naturaleza alegre, sin tendencia a depresiones y otra porque habíamos deseado tanto este bebe que todo solo podía ser felicidad. Me equivoque.

Es difícil de explicar lo que se siente, es una mezcla de emociones intensas: alegría, cansancio, mucho cansancio, inexperiencia, culpa, miedo, impotencia, dolor.
Supongo que muchas mujeres no hablan de esto, porque nos embarga un sentimiento de culpa, el pensar en el que dirán los otros, o el pensar que no somos normales, que hay algo que falla en nosotras.

Los dos últimos meses de embarazo habían sido muy difíciles, incómodos, dolorosos, tenia mucho cansancio, los días del parto igual, y ahora, de pronto había un bebe, que amaba con todo mi corazón pero al que no me sentía lista para cuidar, que no dejaba de llorar cuando yo solo quería dormir, que me obligaba a atenderlo cuando yo aun sentía mucho dolor. Me veía al espejo y no me reconocía... era yo? Había cambiado tanto!

El bebe no dejaba de llorar, a todo pulmón, y cada dos horas… mi esposo volvió al trabajo a la semana y yo me sentí caer, sentí soledad, sentí un hoyo negro profundo a mis pies, y empecé a llorar, tanto como el bebe, llorábamos juntos, el bebe lloraba porque esa era su forma de comunicar, yo lloraba de desesperación, de dolor por la cesárea, de nervios, de tristeza, de impotencia, de culpa, de sentir que lo amaba pero que no estaba lista y extraños pensamientos cruzaban por mi mente: Como hacerlo callar? Me asustaba de mis propios pensamientos, pero no quería compartirlos por temor y verguenza. Una voz interna me repetía: calma, calma y entonces empecé a tranquilizarme, poco a poco el dolor disminuyo, la depresión desapareció sola como había venido y a las 3 semanas todo volvió a la “nueva” normalidad y me fui acostumbrando a la nueva vida de padres, a la nueva vida sin dormir bien y levantarse de madrugada, a la nueva vida con nuestro pedacito de cielo.

Aprendimos que cada día al lado de un niño es una maravilla, cada nuevo logro, cada pasito, cada victoria que se refleja en su pequeña carita de triunfo, es una de esas cosas especiales que se quedan grabadas no solo en la mente sino en el corazón.
No es fácil, hay días muy difíciles, pero al volver la cabeza hacia atrás y evaluar el día a día te das cuenta de que valió la pena, y de que con sus mas y sus menos es una ruta que volverías a recorrer.

Diciembre del 2007
A cualquiera que me preguntara 2 años atrás si quería tener mas hijos, le hubiera dicho NO de inmediato, un NO rotundo, sincero, volver a pasar lo mismo? No estaba entre mis opciones!
Pero en el fondo… muy en el fondo, sabia que lo intentaría de nuevo, no quería que mi hijo crezca solo, quería que tuviera un hermano o hermana, alguien con quien compartir penas y alegrías, quizás el mejor de los amigos/as.

Revisamos con el ginecólogo, existían los mismos riesgos y las mismas probabilidades de la primera vez. Quede embarazada, pero esta vez algo no salio bien y la vida nos dio nuestro primer golpe como pareja cuando en marzo del 2008 nuestro segundo sueño no se hizo realidad.
Sin embargo la vida te quita y te da y en mayo del 2008, “quedamos” nuevamente embarazados! Mi segundo gran milagro.

Enero del 2009
Tengo ya casi 9 meses de embarazo, tengo una cesárea programada para dentro de 2 semanas, mi segundo bebe esta ya por nacer.
Esta vez es una sensación extraña, diferente de la primera vez. Los dolores y malestares son los mismos o peores, pero el sentimiento es diferente.
Lo he pensado un par de veces, porque se siente diferente, por que no hay la emoción de la primera vez? Las expectativas? la preparación? Como podré explicarle esto a mi segundo hijo luego? Me entenderá? Pensara que lo quiero menos por sentirme así? ..
Espero que no, lo he hablado con una amiga y me ha confirmado lo que yo mas o menos presentía, no es que vaya a querer menos a mi segundo hijo, es que simplemente lo vives de otra manera porque ya tienes a un angelito al lado, porque te levantas y te acuestas viendo su carita, y porque tienes la tranquilidad que todo estará bien y que de pronto serán 2 y no uno.

Es humano tener estas dudas, sin embargo también debo confesar que cuando el bebe se mueve en mi vientre me voy sintiendo mas y mas conectada y una sonrisa se dibuja en mi rostro al ver los movimientos de mi barriga. Ya se que esta ahí, ya se que pronto estará fuera, ya se que lo que se viene es difícil los primeros meses, pero también se que la recompensa es incomparable, porque si ahora mi vida tiene un solcito como Diego, pronto tendrá un sol y quizás una luna que alumbraran mis días y noches y marcaran mi camino.

Las noches son eternas, me duele mucho la espalda y la barriga, se me hinchan los pies y las manos, la ropa ya no me entra, estoy inmensa, y con mucho dolor en los dedos, casi no puedo tocar nada de lo hinchadas que tengo las manos, son una tortura.... pero todo, todo se va de mi mente cuando lo siento moverse.... cada movimiento suyo pone una sonrisa en mis labios y conforta mi corazón..... ya falta tan poco.... ahora mismo mientras escribo y lo siento moverse...me siento tan feliz, que el dolor de manos no importa mas...

Mi esposo esta igual que yo, nervioso pero feliz. La otra noche me dijo, con cierta preocupación en su tono de voz:
-otra vez empezamos! Otra vez se viene el “primer año” :)
Y yo le dije:
-Cierto, otra vez. Pero mira, mira lo que tienes ahora (y vimos a Diego). Entonces… todo estará bien.


Epilogo

Tener un hijo representa muchas cosas, un gran cambio en tu vida; pasar de un periodo de independencia a un periodo donde parte de tu libertad se perdió y por mas que quieras que todo vuelva a ser lo mismo de antes, ya no podrá ser, tu vida cambio para siempre y tus prioridades y responsabilidades son otras.
Esto no quiere decir que cambio para mal, NO! … solo que cambio, y que tienes que adaptarte al cambio y esto es mas difícil para algunos y mas fácil para otros.
Algo muy importante en ese cambio es no perder la vida de pareja, evitar caer en la rutina de criar a los hijos y olvidarse de que ellos son producto del amor, del amor hacia tu pareja.

El ser padres es un continuo proceso de aprendizaje. Es una responsabilidad muy grande, y de por vida, se disfruta mucho, muchísimo, pero también se sufre y mucha gente no lo dice por temor a que luego puedan ser calificados de ‘‘malos” padres… que tontería, aunque bastante entendible, hay mucha gente que se llena la boca diciendo como debes criar a tus hijos, cuando no tienen ni idea o cuando sus hijos están tan grandes que ya ni recuerdan como era!
El hecho de que uno se queje de lo duro que es ser padres, o tener bebes en casa, no quiere decir que no queramos a nuestros hijos, definitivamente no es así, simplemente a veces necesitamos una palabra de aliento para seguir adelante.

Me pregunto que otras cosas nos depara la vida en esta aventura de ser padres? Me pregunto si será aun mas difícil cuando crezcan, pero supongo que cada etapa tendrá sus cosas buenas y malas...y que por ahora debo disfrutar del presente, de lo que la vida me da.
“El pasado ya fue. El futuro no se conoce.
El presente es un regalo, por eso se llama “presente”
… y hay que aprender a valorarlo, quererlo y vivirlo”

Que si extrañamos algo del pasado? De nuestra vida sin hijos?..Si! DORMIR MAS! jaja :)

viernes, 9 de enero de 2009

MILO y LORENZA

Hace poco leí en uno de blogs de "El Comercio" una historia sobre la mascota de alguien muy conocido y esto me hizo evocar mi propia historia. Ahora he querido compartirla con ustedes. Esta es la historia de Milo y Lorenza, los únicos que alcanzaron categoría de mascotas en mi familia y de la que formaron parte durante muchos años.

Crecí con mi abuela materna (y vecinos o amigos cuando ella no estaba) durante mis primeros 8 años, esto fue antes de la llegada de mis hermanos, en la época en la que mi mama trabajaba frecuentemente fuera de Lima y viajaba por todo el Perú vendiendo.
Mi abuela (personaje muy simpático y que merece muchas, muchas líneas en este blog!) nació en el pueblo de Huarochiri, en la sierra Limeña, era negociante de pura cepa y adoraba criar animales en casa. Vivíamos solas (cuando mama no estaba), la casa era grande, en uno de los conos de Lima y ella compartía su tiempo entre criarme a mí y criar a los animales en casa.
No creo exagerar, si hago un recuento de todos los animales que llegaron a vivir al mismo tiempo bajo nuestro techo: un chivo, un cerdito (que nunca llego a adulto y no porque se convirtiera en lechón al horno, sino porque no supimos criarlo), 2 gallos de pelea, 4 gallinas, 4 patos, 1 pavo, unos 15 conejos y una cantidad similar de cuyes.
Como ven, mi casa en esa época era mas una pequeña granja que otra cosa. Y mientras mi abuela los criaba con la buena intención de comérselos, yo fantaseaba cual niña de la “casa de la pradera” con que eran mis mascotas, y me afanaba en el cuidado de ellos, sobretodo en el cuidado de los conejos que eran mis favoritos; cuando nacían, cual ratitas peladas los tomaba entre las manos y los metía en los bolsillos para caminar con ellos alrededor de la casa, (lamentablemente en el proceso descalabre a mas de uno :( ).

Mi amor por ellos era incondicional y aunque no soy (ni podría ser) vegetariana, jamás acepte comer y ni siquiera probar de la carne de ninguno de ellos. Por el contrario, después de que mi madre o abuela sacrificaban a alguno de ellos, alguna amiguita del barrio y yo nos encargabamos del entierro, todo era muy oficial, buscamos una cajita donde depositar los restos (que eran en efecto los restos, porque casi nada salvo la cabeza o piel lograba salvarse de la olla) cargábamos la cajita con mucha reverencia hacia el pequeño jardín o hacia el árbol de palta que crecía fuera de la casa, rezábamos una pequeña oración para que la mascota fuera al cielo, hacíamos una cruz (con las cañitas que le robábamos al techo de la abuelita de la esquina y que eran las mismas que usábamos para hacer cometas) y le dábamos un entierro digno y un par de lagrimas. Luego de lo cual asunto olvidado, volvíamos a nuestros juegos de niños, con esa capacidad que solo los niños tienen para borrar y empezar de nuevo.

Como ven, ninguno de estos pobres animales de la época de mi abuela, alcanzo categoría de mascota, y yo aprendí a no encariñarme demasiado con ninguno, porque nada es eterno y porque todo terminaría tarde o temprano en la olla. Las 2 únicas excepciones a esta regla llegaron muchos años después, cuando ya tenía unos 14 años mas o menos.

No estoy segura, pero pienso que el primero en llegar a nuestras vidas fue MILO. Mi papa (padrastro) había sufrido un derrame cerebral que dejo un lado de su cuerpo inmóvil y lo llevo a 2 años de larga rehabilitación en un centro de recuperación en Chosica.
Fueron 2 años duros, en los que mi madre trabajo mas que nunca, en los que yo me convertí en la madre de mis dos hermanos menores y en los que continuamente habían solo lentejas para comer, lentejas compradas en un comedor popular (recuerdo que llegue a detestar las lentejas! Pero ahora... muchísimos años después y lejos del Perú... hasta las extraño y pienso: unas lentejitas no me caerían mal :) ). Mi abuela ya había fallecido, y nuestras vecinas seguían siendo la ayuda inmediata cuando mi madre trabajaba o cuando yo estaba en la escuela.

Más o menos al término de esos dos duros años, unos días antes de que mi papa regresara a casa, llego Milo a nuestras vidas... un cachorro chusquito que de algún lado había sacado la elegancia de un Labrador, era bellísimo, era el regalo perfecto después de dos años muy difíciles!
Que importante es una mascota! Es en realidad un miembro más de la familia, y es un amor puro, que da sin esperar nada a cambio. Milo trajo muchísima alegría a casa, a mi papa en recuperación y a todos nosotros; vivió con nosotros por más de 10 años.

Recuerdo el día en que me llamo mi hermano para decirme que había muerto, yo ya vivía en Holanda por algunos meses, estaba en mi trabajo, y cuando levante el teléfono y escuche la voz de mi hermano supe de inmediato que algo había pasado. (los peores pensamientos cruzaron por mi mente, esos que a veces se temen cada día cuando se esta lejos del Perú, esos que te dicen que algún día algo sucederá y que estaras muy lejos para decir adiós a los que amas a tiempo)
Cuando mi hermano me dijo que Milo había muerto sentí un dolor profundo, como un cuchillo en el pecho, como un pedazo de corazón roto y no pude evitar llorar aun estando en mi trabajo.
Mi hermano me consoló diciendo, no llores hermana, al menos “murió en su ley”...
y si! Era cierto, murió en su ley! porque murió libre como siempre había vivido, perrito de barrio, de esos que nunca usan correa, que nadie saca a pasear porque ellos salen y regresan solos, que comía lo mismo que nosotros, y sobras, porque nunca había sido posible comprarle comida especial y que te esperan en la puerta de la casa y ladran de felicidad al verte llegar.
Milo representa ahora para mi aquella época: el vencer la enfermedad, el salir de un largo túnel y ver la luz del sol de nuevo, la unidad familiar y por supuesto.. La Libertad!.

LORENZA llego casi al mismo tiempo, quizas algo antes, quizas algo despues. Era una lora amazónica, de las que tienen la capacidad de repetir lo que decimos. No se que edad tendría cuando llego a vivir con nosotros, pero si se que los loros son animales longevos que pueden vivir mas de 50 años y Lorenza se quedo con nosotros por mas de 12 años…
Nunca tuvo jaula, porque mi mama, mis hermanos y yo nunca estuvimos de acuerdo; si le cortabamos las alas, para evitar que volara muy lejos. Ella vivia en el arbolito del pequeño jardin, tenia su rama favorita, y subia y bajaba del arbol a la hora que queria.
Por momentos tuve la impresion de que tenia alguna confusion o problema de identidad, porque se creia perro, y seguia a Milo o jugaba con el como compañeros. Si Milo esperaba por su comida hasta que nosotros terminaramos, Lorenza hacia lo mismo echada a su lado. Si Milo pasaba muchas horas tirado junto al mueble de la sala, ella se subia a una pequeña silla (bajo la cual mis hermanos y yo colocabamos miles de periodicos para evitarnos el dolor de cabeza al limpiar los excrementos de Lorenza!) y pasaba las horas tambien en la sala.

Ella era la compañia favorita de mi mama, que de cuando en cuando le daba vinito para que hable o la consentia como a un perrito. Muchos años despues al estudiar Ecoturismo habria de avergonzarme de tener a Lorenza en casa y de haber colaborado sin querer y con ignorancia con el trafico de animales exoticos y al vivir en la selva peruana y ver volar a los guacamayos y loros libres en el cielo azul del Tambopata no podia evitar pensar en Lorenza y en como habria sido su vida en libertad. Pero en mi adolescencia yo no sabia de eso, y me consolaba la idea de pensar que al menos fue querida y que como ya dije, nunca tuvo jaula.
Tal fue su libertad, que con el correr de los años pensabamos que ella ya no querria irse mas, que era parte de nuestra familia y no volvimos a cortarle las alas. Un dia simplemente desaparecio, no la volvimos a ver, mi madre la busco durante dias, preguntando a todos los vecinos, llamandola, pero no volvio. Quiero creer que no esta en casa de nadie. Quiero creer que volvio a ser libre.

Hubo un perrito mas en casa, ya no recuerdo su nombre, muy pequeño, uno que mi mama recogio de un basural y que trajo a casa en un estado lamentable, lo curamos, lo bañamos, parecia que viviria... pero en menos de 2 semanas murio.
Me impresiono mucho, no tanto su muerte como la reaccion de mi madre que por algun motivo que en ese entonces aun no podia entender lloraba desconsoladamente. Años despues entendi, reconstruyendo la historia de mi propia familia el porque habia sido para ella tan importante salvarlo. Ella quiso que viviera, pero no fue asi, y el perrito agonizo durante toda una madrugada, con mi mama y conmigo durmiendo a su lado, en el mueble de la sala para ayudarlo a bien morir.

Ahora que vivo aqui en Holanda, contandole a mi esposo la historia de Milo, le pedi tener un perrito en casa, pero cuando escuche la lista de responsabilidades, licencias y cosas que necesitas para tener mascota cambie de opinion :).
Sacarlo a pasear minimo dos veces al dia, nieve, llueve o truene, no importa y con los inviernos tan frios aqui imposible que viva en el jardin. Comprarle comida especial, chip y pagar todas las licencias. Y que pasa si te vas de vacaciones? Donde lo dejas? Habria que buscarle un hotel para mascotas o llevarlo. En fin, una lista en la que nunca pense en Peru, supongo que porque tuve la suerte de vivir en un barrio, donde todas esas cosas son innecesarias.
Por ahora ya no deseo tener un perrito, quizas mas adelante, cuando sea responsabilidad de mi hijo :); aunque mi esposo dice que el primer paso deberia ser tener un cuy, aqui una mascota muy popular :) segun mi esposo podemos tener dos, uno que se llame Machu y otro que se llame Picchu y asi tendriamos nuestro propio Machu Picchu en casa jajaja.

Espero que esta historia les haya recordar alguna historia propia, quizas olvidada, y si es posible no olviden compartirla.

Un saludo!

lunes, 5 de enero de 2009

ATEA ...YO? (posdata a una entrada anterior “Una Cuestión de Fe”)


Estoy feliz de haber empezado a escribir, no llevo ni dos meses y esto ha sido como una terapia largo tiempo necesitada :).
En verdad me siento algo liberada, siento como si todo lo que a veces no se puede decir (por falta de tiempo, lugar adecuado o interés del interlocutor) finalmente se puede depositar en algún lado… estas ideas se pueden escribir...pero lo mas interesante de todo, se pueden compartir con gente que con ideas similares o no, al menos toma un par de minutos de su tiempo para leerte y para comentar.
Gracias por los comentarios que han dejado aquí o en mi e-mail privado. Gracias por acompañarme en este nuevo camino.

En esta nueva ruta he “descubierto” gente que también escribe, algunos con intereses similares al mío, otros con ideas opuestas pero con argumentos muy buenos, capaces de convencer al más fuerte :). Que interesante.
Leyendo un poco sobre las religiones y la celebración de la navidad llegue al blog de un peruano que vive en USA, con un punto de vista diferente al mío en cuanto a la celebración de la navidad, pero con un pensamiento en esencia muy parecido en otros aspectos; su “manifiesto antinavidad” fue uno de los blogs mas interesantes que leí la semana navideña. El no celebra la navidad (en todo su derecho) y llamaba “hipócritas” a los que si lo hacen cuando no creen en la religión (auch toco carne).

Esa lectura también me recordó el comentario de una amiga peruana aquí en Holanda, a la que aprecio mucho, que hace un par de semanas me comento también que ella no celebra la Navidad. Aquella vez no pude responderle, no pude compartir con ella el porque yo si lo hacia, a pesar de considerar que no tengo religión; pensé que no era el momento adecuado para hablar sobre el tema.

No quiero dejar pasar esta fecha, sin comentar sobre este tema, luego será muy tarde. Así que para ponerle punto final a esto, copio aquí el comentario que le deje a nuestro compatriota viviendo en USA, sobre el Porque celebro la navidad... aunque no sea católica.

Celebro aunque no sea católica? SI!
Hola J!

Por primera vez leyendo tu blog y devolviendo la visita que le hiciste al mío.
Me identifico con muchas, muchas de las cosas que dices en tu entrada, sin embargo hay un punto importante en el que difiero, el hecho de "celebrar" o no la navidad.

No me considero Atea, a pesar de no tener ninguna religión, y porque a través de tanta lectura sobre religiones en el mundo y diferentes experiencias vividas he ido descubriendo que si hay Dios, y que creo en el, pero para mi no es un Dios representado en un Jesús o en un padre, sino en un Dios fuente de energía interna y de Fe, en un Dios que vive dentro de cada de uno de nosotros.
Si parto de esa creencia, entonces es imposible ser Atea, un Ateo no cree en nada y yo si Creo, aunque sea en algo distinto que el resto jeje. Aun no se que nombre podría llevar esta "religión", pero se que hay muchos como yo. El resto para mi es tradición, tradición que respeto y que celebro, si!

No todo tiene q ser siempre blanco o negro, hay tonos de grises que son muy buenos :) y honestamente no me considero ninguna "mamarracha de ideales falsos " (como dices tu) por celebrar la navidad, por hacer nacimiento, y por tener arbolito de navidad.. :) No lo hago por competir con nadie, ni por dar el mejor regalo, lo hago por que me trae felicidad, porque me trae recuerdos, porque me transporta a revivir imágenes pasadas. Lo hago por que amo las tradiciones, y porque las que he adoptado adquieren un significado propio una vez puestas en practica. Lo hago por ver la luz de alegría en los ojos de mi hijo, por contarle historias, y por hacer que crezca en un mundo donde haya fe, fe en lo que quiera creer.

Que importante es la tolerancia hacia la creencia de otras personas, y que difícil es a la vez llevarlas a la práctica! :)
Muy cierto lo que dices al final Esa es Tu verdad, es tuya, muy personal y mientras seas consecuente con lo que piensas y sigas lo que te dicta tu corazón entonces seguirá siendo verdad. Hasta la verdad es muy relativa, porque lo que es verdad para ti, quizás no lo es para alguien más. Mi verdad es parecida, pero ya dije, se divorcia de la tuya en un punto crucial, y ahí, ahí es donde me voy con Domingo Sabio… :)
(Domingo sabio es otro lector que dejo un comentario a favor de celebrar la navidad)

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Y con esto, pongo punto final a la parte sobre la navidad (hasta el próximo año!).
Un muy feliz año 2009 a todos, con harta buena vibra y como dice el dicho mucho de: salud, amor y dinero!

Saludos!
Aqui el link a la pagina de J y su manifiesto Anti-Navidad..