miércoles, 17 de febrero de 2010

Un Caminito Empinado (primera parte)

Me siento algo enferma, no lo se a ciencia cierta pero creo que estoy enamorada.
Estoy enferma de amor. El problema es que es un amor que ahora pertenece a mi pasado, que ya no forma parte de mi vida de forma permanente y por mas que piense en ello hay muy poco que pueda cambiar.
No es un amor maduro, sosegado como el que siento por mi esposo, no, es mas bien un amor impulsivo, adolescente, afiebrado, a veces irracional; es un amor que por ratos me quema, me duele y que a veces, cuando ya parece superado, regresa y se instala de nuevo en mi mente y mi corazon y me llena de nostalgia.

Como se explica el amor? Como se supera? Cuantos de nosotros nos hemos enamorado en nuestra vida y como hemos sufrido con el amor perdido? Para mi ha llegado el momento de sacarlo del pecho, de escribirlo para que pierda fuerza, de ponerlo en papel para descargar mi corazon...porque no puedo continuar con una carga tan pesada.

No se exactamente cuando y como paso, trato de hacer memoria, supongo que fue en una de esas caminatas que empece cuando tenia unos 19 o 20 años, tengo la idea de que fue un amor tardio. Pero quizas me equivoco, quizas nunca me di cuenta de que ya me habia enamorado cuando era muy pequeña, en uno de esos viajes anuales de Lima a Arequipa cuando tenia unos 8 años y viajaba sola con la autorizacion de mi madre al cuello. No lo se. El caso es que me enamore del Peru, me enamore de mi tierra y nunca mas tome ese amor a la ligera y nunca mas ese amor me dejo ser la misma.

Tendria unos 8 años, el año escolar lo pasaba siempre en Lima, pero los 3 meses de vacaciones los pasaba en Arequipa con mi papa, a esa edad ya empezaba a viajar sola, hacia la travesia entre las dos ciudades en un bus, con otros 50 pasajeros, llevaba la autorizacion de mi madre y el chofer tenia la cosigna de no perderme de vista, mientras una u otra pasajera simpatizaba conmigo y me cubria con sus alas protectoras, me "adoptaban" y me cuidaban durante todo el trayecto. Supongo que eran otros tiempos, no recuerdo nunca haber sentido miedo, era mas bien interes, los buses avanzando lentamente en la noche, por carreteras imperfectas, con derrumbes en el camino que a veces trastornaban el viaje y en vez de 20 horas demoraba 26, 28, 30 horas. Las paradas en los restaurantes de la ruta para cenar, desayunar, almorzar, los caminos oscuros donde solo el reflejo de las luces del bus me dejaba ver tras la ventana, las noches de miles de estrellas donde parecia que ni una sola mas tendria cabida en ese cielo a menos que se apretujaran un poquito. Esos viajes quedaron grabados en mi mente de niña para siempre.

Pasaron muchos años antes de que empezara a conocer mi pais y hasta mi propia ciudad. Me pasaba lo mismo que le pasa a muchos en Peru (o en sus propios paises), por falta de dinero y/o tiempo nunca me habia aventurado mas alla de lo conocido, del resto de mi pais solo sabia lo que leia, lo que veia en television o lo que alguien me contaba.



Empece a viajar y recorrer las ciudades de mi pais a los 19 o 20 años y no pare hasta que por libre eleccion decidi cambiarlo por Holanda, siguiendo tambien los pasos del amor, con esa irreflexion que nos da el estar enamorados. El corazon se me confundio por un tiempo, no medite sobre los efectos y me lanze a la nueva aventura... sin darme cuenta de con los apuros del viaje, la mitad del corazon me me habia quedado atrapado en esa tierra, esa donde los cuentos y leyendas cobran vida, esa donde entiendes porque el Sol era considerado un Dios, esa de la que todos los peruanos renegamos pero que no podemos negar que adoramos a la vez.



Lo que ahora trato de encontrar es donde se me quedo el bendito corazon? Fue quizas en aquella caminata de 4 dias cruzando las montañas de Huaral a Canta, perdidos por varias horas, enfermos con mal de altura, y en donde en medio de la nada, encontramos una casita de piedras, donde una viejita que tendria la edad del tiempo y que no tenia nada mas que sus ovejas me dio una taza de te de hierbas que me devolvieron a la vida?

Fue quizas en Iquitos, aquella noche navegando en el crucero, viendo el imponente Amazonas sin fin y bailando con los Huitotos? o fue quizas aquella vez en Cerro de Pasco donde por diversion una mamita me leyo las hojas de Coca y me dijo que me casaria con un extranjero (claro, yo dije ni loca, y sonrei amable) .. donde? donde lo busco? quizas mis amigos ese'ejas de la comunidad de infierno en la selva de Puerto Maldonado tenian razon, quizas si tomas agua del Rio Tambopata estas destinada a regresar o a morir de amor. Debi de haber escuchado a Don Mishaja.



No se si me entiendan, mi problema no es solo que extraño a mi pais, mi problema es que cuando lo conoci se me metio el bichito del amor y de a poquitos y sin que me diera cuenta empezo a comerme por dentro. Me enamore y a veces lloro como una adolescente con el amor perdido, me enamore y quizas nunca debi haberme enamorado. Todo hubiera sido mas facil.

Que soy ahora? en realidad no lo se, soy un ser en busca de su identidad, no soy de aqui ni soy de alla y por mucho que me haya integrado y hasta adoptado algunas diferentes costumbres, jamas sere 100% holandesa y jamas dejare de ser peruana, entonces que soy?... soy una exiliada por voluntad propia, una especie de hibrido, un cruze, un mutante, una raza chusca condenada a extinguirse...o a hacerse mas fuerte.

No presten atencion a estas palabras pues estan dichas con la boca de la nostalgia, estoy segura de que mañana pensare de otra manera...

Un abrazo