viernes, 14 de agosto de 2009

…Que tal Raza!

“Perú, crisol de razas”, leí este artículo hace muchos años, a mis 16 o 17, era una publicación muy antigua, una revista de los años 70 que encontré en algún lado, hablaba sobre nuestro pasado, nuestro presente y de que significaba ser peruano. Mi mundo en ese entonces se limitaba a mi familia, amigos y no iba mas allá de lo poco que conocía entre Lima y Arequipa. No pensaba en racismo, no había vivido discriminación por esa razón.
Para mí la discriminación era de otro tipo: el lugar donde vivía. Todo tipo de discriminación es condenable, pero hoy solo me quiero centrar en la que a veces se sufre por el color de piel.

Mirando a mi propia familia puedo ya ver el crisol de razas que somos los peruanos, por el lado materno de mi familia el que no tiene de inga tiene de mandinga porque hay de todo: chino, negro, indio y blanco, por el lado paterno Arequipeño supongo que hubo menos mezcla, porque mi padre es blanco y podría pasar hasta por padre de mi esposo que es holandés.
Yo soy una mezcla de ambos. Soy mestiza y con orgullo porque justamente en ese mestizaje radica ahora la fuerza de nuestra raza, justamente ahí esta lo que nos enriquece culturalmente, tener de indio, de blanco, de negro y chino nos ha hecho diversos, nos ha hecho fuertes, somos ahora una gama de razas, colores y sabores, aunque el lado débil sea que seamos aun un pueblo en busca de confirmar una identidad propia.
Podría quedarme llena de bronca (suele pasarnos) con solo pensar en todos los abusos cometidos por los conquistadores contra la raza india hace casi 500 años, pero no se puede cambiar el pasado ni vivir de rencores, entonces aquí prefiero rescatar el mestizaje que se dio. De lo contrario nunca hubiéramos tenido ni valses, ni festejos, ni marinera, ni ceviche, entre otras cosas que ahora nos identifican como peruanos.

Alguna vez en Arequipa, durante la época en que quería postular a la universidad, algún profesor nos dijo una frase que hasta ahora no he podido olvidar, no por lo memorable, sino por lo increíblemente estúpida “Ustedes tienen que mejorar la raza y el apellido”, si...increíblemente ese era el tema de su disertación y sorprendentemente ninguno de nosotros dijo nada, éramos chicos de 17 años y escuchábamos en silencio. Nunca sabré el efecto que produjo en mis compañeros, pero en mi, al cabo de un tiempo y de mucho pensar en ello, causo efecto de rechazo profundo, rechazo porque ¿como puedo renegar de mis raíces? rechazo porque seria como traicionar a mi propia familia y a mi patria, rechazo porque mi madre me enseño que todos somos uno y porque aunque muchos viven en negación constante baste mirar un poquito en nuestras propias familias (o verse al espejo) para ver que casi todos somos mestizos, todos somos producto de una mezcla (algunos mas , algunos menos). Cholo en el Perú es el mestizo en general. Lamentablemente en mi país aun se usa muchas veces con una connotación despectiva y no para referirse al mestizo sino para referirse al indio. Lo gracioso del caso es que nos ‘choleamos” los unos a los otros cuando el 90% de nosotros somos cholos. Y lo mismo sucede en toda Latinoamérica: todo un mestizaje y una carta de colores que nos hace lindos :). Entonces… a que va el cuento?

Cuando trabajaba en Perú como guía de turismo, no era raro escuchar el comentario de algunos turistas hacia nosotros que nos decían que “no parecíamos” peruanos (los guías éramos desde morochitos hasta mi pata Hans con ojos azules). A uno le pregunte porque pensaba así (tengo una cara peruana bastante promedio según yo así que no me cuadraba el comentario tan seguido). El turista saco su “Lonely Planet de Perú” (guía turística) donde en la portada representaban a la gente andina en traje típico. Tuve que explicarle que el Perú es costa, sierra y selva, tuve que explicarle que éramos un “crisol de razas” y de pasadita su clasecita historia sobre mi país.
Aquí en Holanda, antes que por latina (o peruana) paso por marroquí o Turca (quizás por que hay mucho de eso aquí y es lo primero que les viene a la mente?!). En Estambul, en el mercado o en los restaurantes me hablaban en turco... cuando veían mi cara con símbolo de interrogación me decían: No turkish?? then Mexican!! (jajaja) , por lo que asumo quizás si parezco turca después de todo jeje.

Mi país no es diferente del resto del mundo, viviendo ahora en el extranjero me doy cuenta de que Europa no es menos racista. Ni Europa ni ningún otro país, quizás es parte de la psique humana el creer que una raza es mejor que la otra? Que nos pasa??! el mestizo desprecia al indio, el blanco desprecia al mestizo, el menos negro desprecia al mas negro, el blanco desprecia a todos, … es un cuento de nunca acabar. Y encima nos dejamos llevar por prejuicios que nos hacen juzgar sin siquiera darle una oportunidad a la persona. La raza no determina el tipo de persona.
Por eso llore con el llanto de los negros en USA cuando gano Obama, porque me emociono comprobar que el cambio ya empezó, de a pocos, pero ahí va. Porque tome esa victoria no solo como para la raza negra sino como una victoria para todas las razas humanas. Y también porque imagine que el “I have a dream” de Martin Luther King era ahora mas realidad que nunca.

El racismo es una tara que muchos adquirimos desde la niñez, la televisión, la familia, el colegio, los amigos, presenciando actos de discriminación que inconcientemente se van considerando cada vez más normales. El racismo existe en todo lado y hasta los que proclamamos que no lo aceptamos, alguna vez en nuestra vida hemos hecho o dicho algo racista (aquí lamentablemente no me salvo tampoco yo y quien este libre de pecado que tire la primera piedra).... Sin embargo es importante aquí rescatar el corregirse, el no rendirse, el darse cuenta de nuestro error y querer hacer un cambio y así, cual cadena, contagiar a otros para dejar el racismo de lado. Un mundo sin razas sería como un cuadro sin colores.
Vamos amigos..los cambios empiezan por casa...los cambios empiezan con cada uno de nosotros!

Saludos!