viernes, 27 de marzo de 2009

Sobre gustos y colores... no han escrito los autores (continuacion de la Patita de Pollo)


Hace poco salio publicado en el blog “Yo también me llamo Perú” de El Comercio, un articulo que envié un tiempo atrás. En el articulo hablaba de las diferencias culturales entre un país cualquiera y nuestro Perú, de manera general citaba algunos ejemplos y en una de las líneas mencione al “aguadito” que cocina mi mami, un aguadito de menudencia (con cuellitos, alitas y patitas de pollo).
La patita de pollo levanto polémica (http://blogs.elcomercio.com.pe/yotambienmellamoperu/2009/03/choque-cultural-al-reves.html#more) , algunos peruanos comentaron con asombro que no podían ni imaginar comerse una patita de pollo y a mi esos comentarios de sorpresa me causaron gracia. Una amiga mía aquí en Holanda sugirió que la patita se había vuelto famosa y que merecía una pagina de hi5 o Facebook, eso si manicure (o pedicure?) de por medio.
Al inicio pensé en escribir este artículo a manera de broma, quería empezar con algo así como “Érase una vez una patita” o empezar al estilo de la antipática Laura Bozzo “…Que pase la patita” (jaja me río yo sola)…sin embargo me di cuenta de que el tema es serio y que da para mucho mas que una simple broma, además de darme la excusa perfecta para hablar de las diferencias culturales en la comida.

Una de las cosas que sin lugar a dudas se extrañan más al salir del Perú es la comida. El peruano esta acostumbrando a comer rico y somos tan afortunados que gracias a la diversidad de nuestra tierra comemos fresco y variado.
En la página de promoción del Perú (Perumuchogusto.com - les sugiero leer la introducción) hacen una descripción perfecta de lo que significa la comida para el peruano, copio aquí algunas líneas, porque según mi modesto entender esas líneas encierran en gran medida el sentir de los peruanos respecto a nuestra comida:
“Cuando oigan decir a un peruano que la nuestra es la mejor cocina, recuerde siempre que este nada ingenuo atrevimiento nos lo da el pensar que si de sexto sentido se trata, los peruanos tenemos dos veces el del gusto.
Comer en el Perú, es un viaje en sí mismo. Desde el prodigioso mar peruano del que salen como nadando nuestros cebiches, pasando por los Andes y sus cientos de variedades de papa, hasta la Amazonía, cargada del exotismo de una cocina misteriosa y natural, tenemos una sola gran ruta que hace del Perú un único territorio, la ruta que delinean nuestros sabores.
Cocinar bien y entender de buen comer es tal vez la costumbre más extendida entre los peruanos. Comemos de todo y en todas las ocasiones. Cuando nacen nuevos, cuando mueren viejos, cuando los niños se hacen adultos, cuando queremos decir la verdad o alguna que otra mentira, para seducir, convencer o amar. Un testigo sin omisión es siempre una mesa bien servida!..”




















Por todo lo antes mencionado, es lógico sentirnos orgullosos de nuestra comida y es lógico también que esta sea una de las cosas que mas extrañamos y mas comparamos con la comida del lugar al que llegamos. Esto unido a nuestro temperamento, nos hace caer en extremos y nos hace caer en un poco de intolerancia, afirmando que lo nuestro es mejor que todo lo demás (pero es que si lo es! jaja). Que puedo decir? También yo me he sorprendido a mi misma cometiendo este “atropello” a otras culturas.

La lista de platos típicos peruanos es innumerable, la patita de pollo es parte de la cocina popular y parte de nuestro riquísimo bagaje culinario, que igual no tiene por que gustarle a todo el mundo. Una patita de pollo (en mi caso sin uña :)) en un aguadito es tan rica como una Patita con maní, un cau-cau, un mondonguito a la italiana o unos anticuchos! Todos ellos son “menudencia” y todos ellos arrugarían la frente de un extranjero promedio, y por lo que veo a algunos peruanos también. La comida peruana es tan variada y el Perú tan diverso con su costa, sierra y selva que también es comprensible que no por ser peruanos nos tenga que gustar todo lo que se come en el Perú.

Vivo en Holanda hace 7 años, los primeros 2 años no lograba acostumbrarme a muchas de las cosas que son tan diferentes aquí, a pesar de ser muy libre de ideas y no tener ningún problema en probar todo lo nuevo sin limitarme o encerrarme en que solo lo mío es lo mejor, igual extrañaba la comida peruana. El primer año me pase preguntando en el foro de peruanos de El Comercio donde podía conseguir el ají amarillo y el ají especial para cocinar en Holanda (muy difícil, hasta ahora lo tengo que traer de Perú para hacer un estofado o un ají de gallina como Dios manda). Además, también me quejaba de no encontrar muchísimas otras cosas más (limones, frutas, choclos, gelatina, manjarblanco, etc), sin embargo con el tiempo aprendí que no era tan difícil, que quizás sabia algo distinto, pero que con un poco de arte tampoco era tan diferente (o será que ya me acostumbre?). Ahora ya se que tengo que ir a la sección de “productos exóticos” en algunos supermercados, al mercado de los turcos o a un “toko” (tienda de productos extranjeros) y que encontrare casi todo lo que busco.

La comida holandesa es, para un peruano, muy simple. En realidad hay muy poco “típico” holandés. Aquí se come mucho pan de molde y mucha papa, al holandés promedio no le gusta mucho el arroz. Prefieren las papas y la pasta. Además aquí un almuerzo es un pan de molde con algo dentro, normalmente frío (el primer año yo me quejaba de pasarme el día tomando “desayuno” por la cantidad de pan de molde que se come al día), la única comida caliente es la de la cena.
Una comida típica aquí es un “prakkie”, es decir papas sancochadas aplastadas como para puré y mezcladas con alguna verdura de estación, esto acompañado con alguna porción de carne, mayormente cerdo o salchichas. Además de esto hay muy poco típico, alguna sopa, un tipo de buñuelo, un tipo de alfajor, el arenque (pescado crudo ahumado) y por lo demás muchas cosas adaptadas de otras culturas (de Indonesia, China, Vietnam). Como ven nada sofisticado, muy simple, pero no por eso menos rico.


Comerme el arenque (haring) el primer año fue una experiencia horrible. Lo deteste. Sobretodo por que me lo dieron a comer según costumbre holandesa (agarrándolo de la cola y recibiéndolo con la boca abierta). Ni más me dije. Sin embargo lo probé una vez un año después a insistencia de mi suegro, luego una vez mas y otra, hasta que hace poco termine comprándolos yo misma, ya no me parece malo, eso si con cebollitas y dentro del pan. Mi esposo tuvo una experiencia similar con el ceviche. El primer año lo detesto, decía que era pescado crudo (a pesar de que le explique que se cocinaba con el limón) y que además tenía demasiado limón.
Sin embargo mírenlo ahora, comía un poquito a insistencia mía, luego empezó a picar de mi plato y ahora en cada viaje a Perú el se pide un buen plato de ceviche para el solo (y con canchita por favor!).

Este es el gran choque cultural aquí en Holanda para un peruano acostumbrado a comer tan variado, entonces se entiende que nos pongamos tan nacionalistas en lo que a comida se refiere. Sin embargo trabajar en una empresa multinacional aquí en Rotterdam y viajar un poco por varios países me ayudo a controlar ese grito de “no hay nada mejor que la comida peruana”. Tengo colegas de diferentes nacionalidades: holandeses, chinos, tailandeses, griegos, alemanes, rusos, turcos, afganos, antillanos, franceses e italianos. La hora del almuerzo es una hora de fiesta, porque a excepción de los holandeses y alemanes, todos los otros llevamos algo que no sea solo pan, alguna veces he llevado yo algo peruano, una causa, un ají de gallina, un arroz con pollo, que han causado sensación entre mis colegas, pero de la misma manera me he tenido yo que sacar el sombrero por los platos tailandeses, antillanos e italianos entre otros.
Igualmente viajando en otros países como Portugal, Grecia, Turquía, etc he probado platos muy buenos que me han hecho controlar un poco, aunque no del todo, mi excesivo orgullo por la comida peruana y me hacen recordar que aunque algo sea muy rico para mi, no tiene porque serlo para la otra persona y viceversa.

Mi madre aun me sigue enviando mi sobrecitos de comida peruana, para cuando me antojo de cosas que definitivamente no podré encontrar aquí (mazamorra morada, olluquito, carapulcra), ya se que no es lo mismo, pero con un poco de arte transformo la comida del sobrecito en una buena replica del original (como dice el dicho a falta de pan, buenas son tortas) y con lo demás me las apaño bastante bien y sobretodo ya no me quejo, ahora comemos muy democráticamente en casa: internacional, holandés y peruano!

Buen provecho!

miércoles, 18 de marzo de 2009

La patita de pollo que levanto polémica (ya estoy aquí!)


Estoy de regreso. Mi segundo bebe nació por cesárea hace ya 5 semanas, mi pequeño R es precioso, no puedo ocultar mi orgullo…
Tenías razón querida Gi, el amor es “extendible”. El amor que siento por el es igual al que siento por mi primer hijo. Desde que se movía en mi vientre sentía algo especial, aunque no estaba segura de si seria igual; sin embargo todas las dudas desaparecieron el pasado 9 de febrero, cuando vi su carita por primera vez y pensé que era una belleza!
Ahora q lo tengo conmigo, los veo a los dos.. y comprendo que son mi adoración y no hay diferencia entre uno y otro.

Estas 5 semanas pasadas han sido duras, pero poco a poco me voy acostumbrando a mi nueva familia de a cuatro. Honestamente siento que todo es un poco más fácil que la primera vez, aunque las noches siguen siendo difíciles porque mi chiquitín nos deleita cada dos horas y media con su “bella voz” (léase gritos) y mi esposo y yo andamos en permanente estado de soñolencia, pasamos las mañanas cual zombies, nos recuperamos en las tardes, para empezar de nuevo en las noches. Gajes del oficio.

Sin embargo, últimamente no es solo mi hijo el que me mantiene despierta, mis pensamientos también han despertado, han vuelto al ataque y tampoco me dejan dormir.

Me sorprendo a mi misma a las 3 de la mañana, después de acostar a mi bebe, buscando papel y lapicero, para poder descargar las ideas, de lo contrario seguirán dando vueltas en mi mente y seguiré sin dormir.
Antes de anoche no encontré lapicero a la mano (maldición, pensé!… mis cambios de humor van desde “amo al mundo” a “ahhhh cállate”). Cogí el celular, busque “notas” y empecé a escribir ahí algunas palabras, después me dormí. A la mañana siguiente leí lo que había escrito y no le encontré sentido… que quería decir? Entonces pensé: Necesito una pausa entre biberón y pañales. Tengo que volver a escribir, algo, lo que sea, y llegue a la conclusión de que escribir es más que un hobby, es una necesidad.

Con este mensaje quiero simplemente saludarlos a todos, agradecer todas las atenciones y toda la buena vibra que me hicieron llegar durante las semanas pasadas, y aunque aun sigo algo desconectada y en periodo de “cuna” poco a poco vuelvo a retomar (con brazos abiertos y gran sonrisa) mi camino.

Para terminar les cuento, que hace unos 3 meses (cuando empece el blog) envíe una copia de la entrada a el blog de “yo también de llamo Perú” de El Comercio. Esta semana fue publicado (y si no era mi por mi buena amiga M ni me enteraba!).
El “post” recibió mas de 40 comentarios y lo que mas gracia me causa es que la “patita de pollo del aguadito” causo polémica :).

Aquí el link de El Comercio con mi historia http://blogs.elcomercio.com.pe/yotambienmellamoperu/2009/03/choque-cultural-al-reves.html
…Y mis comentarios sobre ese tema los haré en mi próxima entrada! :)

"Caminante, son tus huellas el camino y nada más
caminante, no hay camino, se hace camino al andar.
Al andar se hace camino y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar"

Hasta la próxima semana!